"Solo es posible cifrar esperanzas en los que se interesan por producir una transformación radical en el mundo mediante la comprension de si mismos" Krishnamurti

domingo, 25 de marzo de 2012

Las vicisitudes de las relaciones de pareja



No podemos considerar a la pareja como una posesión nuestra, por lo tanto, tampoco podemos "dejarla ir" como quien suelta un pájaro de una jaula. Es el instinto posesivo el que nos confunde y hace querer tener a esa persona cerca, aunque realmente no queramos estar con la misma. En los momentos de mayor sosiego y tranquilidad, vendrán todas esas razones por las que sabes que debes olvidar a esa persona, pero nuestro lado posesivo, que nace de miedos, del ego, y desequilibrios propios, nos hace egoístas, queriendo mantener a esa persona "bajo nuestro control"

En demasiadas ocasiones la persona que más quiere (sumisa) soporta cualquier cosa de aquella que se aprovecha. Cualquier cosa vale para no perder a la persona amada, aún así, la persona voluntariamente manipulada es consciente de que su relación no funciona. El sumiso otorga, perdona, pero no olvida... en ocasiones desde un cierto punto de vista de superioridad... se cree mejor que su pareja por soportar los vacios emocionales que obtiene de su pareja, lo cual lleva a más reproches y riñas.

El sumiso se engaña así mismo una y otra vez, da mil oportunidades y quiere pensar que la chispa del amor vendrá con la boda, con un hijo o con un cambio en el estilo de vida. No quiere ver que las continuas riñas se deben a una incompatibilidad de pareja, a la falta de sincronía de las dos partes. Desearía no discutir y mantener una relación saludable, pero como he dicho antes, no olvida ni puede obviar las carencias emocionales obtenidas. No quiere que haya celos o sospechas, pero realmente todo ello es fruto de su falta de compatibilidad... es responsabilidad de los DOS. Cuándo tratamos de encajar dos piezas del tetris que son incompatibles, siempre quedan vacios... pero como en todo, el vacio no existe, y si no puede ser ocupado por amor y confianza, será ocupado por celos, desconfianza y miedos.

La pareja entra en el bucle Victima-Tirano. El sumiso sabe que no puede tenerlo todo con esa persona, el tirano por su parte lo sabe y lo aprovecha.

Las dos partes son responsables de su propia felicidad... de su realidad. Nunca podemos hacer responsable a nadie de nuestras propias carencias. La felicidad comienza de nosotros mismos, de nuestra plenitud. No busques a nadie que te saque las castañas del fuego, no busques a nadie que te anule como persona o que paralice tu progresión. Crece tú primero, busca tu centro... no busques medias naranjas y mucho menos nadie de quien poder aprovecharte. Las parejas son o deberían ser, ante todo, UN EQUIPO.



Yo no puedo tenerte ni dejarte,
ni sé por qué, al dejarte o al tenerte,
se encuentra un no sé qué para quererte
y muchos sí sé qué para olvidarte.

Pues ni quieres dejarme ni enmendarte,
yo templaré mi corazón de suerte
que la mitad se incline a aborrecerte
aunque la otra mitad se incline a amarte.

Si ello es fuerza querernos, haya modo,
que es morir el estar siempre riñendo:
no se hable más en celo y en sospecha,

y quien da la mitad, no quiera el todo;
y cuando me la estás allá haciendo,
sabe que estoy haciendo la deshecha.

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
México, 1651

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