La sincronicidad nunca dejara de sorprenderme.
Hoy es uno de esos días en los que he amanecido con el pie torcido, con una negatividad que me invadía y un miedo exteriorizado por el entorno que acaba por afectar.
Entonces me llega este video. Me identifico por completo con él y con todas y cada una de las fases que describe el mismo. No es fácil abrir los ojos a la realidad exterior e interior, despertar. No es fácil nadar a contracorriente y sentir que no te entienden, no te escuchan o simplemente no te VEN. Muchas veces he pensado lo fácil que sería mi vida si mi percepción de la realidad fuera más acorde con aquella que me han metido por vena desde el día en que nací. Comentarios como "crees en lo que quieres creer" suelen hacer daño, porque además en cierto modo esa afirmación es cierta...ya que debemos creer para ver, lo que no significa que se crea lo que uno quiere creer.
¿Acaso quiero pensar que una dieta vegetariana o crudivegana es lo mejor para mí? ¿Acaso me interesa pensar que una buena chistorra, chorizo o jamón de pata negra son cosas que debiera evitar?
Cuando despiertas a nuestra divinidad verdadera la primera reacción es querer difundirla, compartirla con tus familiares y amigos, piensas que todos deben ser conocedores de la verdad, quieres ayudarlos, sabes que un mundo diferente es posible. La ingenuidad y la emoción te hacen darte de bruces contra muros y programas mentales, contra negativas al simple hecho de escuchar... juras y perjuras que lo único que quieres es traer y compartir la verdad, no TU verdad... sino la Verdad. Llega un momento en el que inmerso en pena e impotencia decides dar un paso atrás y buscar otra estrategia. Acabas hablando sólo cuando te preguntan o tienes ocasión, acabas creando un blog para exteriorizar aquello que se te ha brindado y Sabes que debes compartir con el mundo. Creas lazos con más gente despierta, con grupos afines y te relacionas con otros blogs y webs que pretenden lo mismo que tu.
Entonces... cuanto más profundizas, más cuenta de das de lo poco que sabes... de lo mucho que te queda por aprender... y llegas a un punto donde el paradigma anterior no te sirve y no sabes muy bien cómo afrontar y canalizar el futuro. Aquí empieza el verdadero camino del guerrero, amigos.