En enero de 2007, el gobierno de Sudáfrica demandó por genocidio, ante el Fiscal General del Tribunal Criminal Internacional de La Haya, a Zackie Achmat, dirigente máximo de la organización sudafricana TAC (Treatment Action Campaign), un grupo profesional de presión, financiado por la industria farmacéutica internacional, y dedicado, desde su fundación en 1998, a "una intensa campaña política de coacción y subversión contra el gobierno democrático para obligarlo a aceptar los acuerdos comerciales con la industria farmacéutica destinados a la compra de ARVs (retovirales), y así suministrar estos fármacos a hospitales públicos y clínicas para su prescripción y administración al pobre y saturado africano".
Zackie Achmat y la TAC lograron sus objetivos: administrar ARVs en el sistema sanitario público y administrar nevirapina (otro ARV muy tóxico), en hospitales públicos, a mujeres diagnosticadas VIH-positivas en periodo de gestación y a sus bebés recién nacidos, todo ello contra la voluntad del gobierno democráticamente electo de Sudáfrica.
Según el gobierno Sudafricano, dichos retrovirales (comercializados por la gigante farmacéutica glaxosmithkline) no sólo son ineficaces para tratar el SIDA, sino que son altamente tóxicos y provocan o aumentan la inmunodeficiencia de aquellos a quienes se les administra, siendo, por lo tanto, el auténtico causante de la muerte de miles de personas en el país.
La demanda pedía a la Corte Penal Internacional: "la sentencia más elevada, cadena perpetua, con administración diaria de los antiretrovirales que afirma tomar, bajo estrecha vigilancia médica, con la dosis completa prescrita, mañana, tarde y noche."
nota: El documento de la demanda se encuentra en la categoria
de "salud", en los enlaces de la derecha.
Imprimir