Tu propia conciencia es inocente y esencialmente gozosa
Tu propia conciencia carece de heridas
Tu propia conciencia desconoce la desgracia
Tu propia conciencia es inocente y esencialmente gozosa
Al fin de entrar en contacto con la propia conciencia hay que hacer el máximo esfuerzo para distraerte de tu propia mente
La mente contiene toda tu desgracia, todas tus heridas y no deja de crear heridas de manera que, aunque seas conciente, ni siquiera te des cuenta de como las creas.
Yo te enseño el testigo. la única manera de librarse de pautas desgraciadas, tan viejas como nuevas, es ser testigo. Digo que la única manera porque nadie ha escapado de la mente sin convertirse en testigo. Se testigo y podrás empezar a reirte de tu propia desgracia. Todas tus desgracias son tan superficiales... y lo más importante: son prestadas.
Si todo el mundo se hiciera atento y meditativo, no habría heridas en el mundo. Desaparecerían.
No hallarían hogar ni refugio. Eso es algo posible.
Si es posible para mí, es posible para cualquiera.
Osho
El Libro de la Vida y la Muerte