UNA COSTUMBRE INTERESANTE POR JOSEFINA SÁNCHEZ
Como costumbre muchas personas llegan a realizarla de forma automática. Sin pensar, sin sentir, sin cuestionarse nada de nada, simplemente porque ha sido así en su familia desde siempre.
Estas costumbres son por algo y para algo, no debemos repetirlas como loritos, sin conocimiento de causa. Cuando nosotros sabemos el porque estamos realizando algo, ese algo toma fuerza, y concreción.
En algunos hogares tienen la costumbre de quitarse los zapatos cuando llegan de la calle, y o bien, se quedan descalzos, o se ponen las “zapatillas de estar por casa”.
Ese acto sencillo, esa costumbre diaria, sin pensar, ¿porque crees que lo haces?
Unos pueden decir, es que me duelen los pies de llevar todo el día los zapatos, otros, que se estropea el parquet, o que están sucios o mojados, etc.
Pero muy pocos se cuestionan que además de la suciedad, de la calle, traen energía pegada en sus zapatos. Y puede ser que esa energía no sea tan “limpia” como el barro, que el barro a su lado sea blanco como algodón. Está claro, como no se ve.... no existe.
Si has tenido un día duro, complicado lleno de cosas que no eran muy agradables y que no te dejaban estar en paz al llegar a casa, yo te aconsejo, quítate los zapatos, ponte cómodo; pero no únicamente con los zapatos, no, cámbiate de ropa.
La ropa trae igual que los zapatos la misma energía negativa que has estado pillando con los zapatos. La energía negativa no está únicamente a la altura de los zapatos, está en el aire, flota, te envuelve te rodea y se te pega.
Vas a dejarla entrar en tu casa?? Paseándola por todos lados, repartiendo “buen rollo”??
Verdad que no. Pues cámbiate al llegar a casa, ponte ropa de casa.
Incluso cuando te acostumbres a ello, verás que, cuando cocinas es mucho más agradable. Ya que estás poniendo otra energía.
Deseamos bienestar en nuestros hogares.... pues empecemos a actuar en consecuencia.
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