"Solo es posible cifrar esperanzas en los que se interesan por producir una transformación radical en el mundo mediante la comprension de si mismos" Krishnamurti

lunes, 30 de abril de 2012

La estatua de Buda



La estatua del Buda de barro alcanzaba casi tres metros de altura. Durante generaciones había sido considerada sagrada por los habitantes del lugar. Un día, debido al crecimiento de la ciudad, decidieron trasladarla a un sitio más apropiado. Esta delicada tarea le fue encomendada a un reconocido monje, quien, después de planificar detenidamente, comenzó su misión. Fue tan mala su fortuna que, al mover la estatua, ésta se deslizó y cayó, agrietándose en varias partes. Compungidos, el monje y su equipo decidieron pasar la noche meditando sobre las alternativas. Fueron unas horas largas, oscuras y lluviosas. El monje, en vez de desesperarse, se enfocó en encontrar una salida. De repente, al observar la escultura resquebrajada, cayó en cuenta que la luz de su vela se reflejaba a través de las grietas de la estatua. Pensó que eran las gotas de lluvia. Se acercó a la grieta y observó que detrás del barro había algo, pero no estaba seguro qué. Lo consultó con sus colegas y decidió tomar un riesgo que parecía una locura: Pidió un martillo y comenzó a romper el barro, descubriendo que debajo se escondía un Buda de oro sólido de casi tres metros de altura. Durante siglos este hermoso tesoro había sido cubierto por el ordinario barro. Los historiadores hallaron pruebas que demostraban que, en una época, el pueblo iba a ser atacado por bandidos. Los pobladores, para proteger su tesoro, lo cubrieron con barro para que pareciera común y ordinario. El pueblo fue atacado y saqueado, pero el Buda fue ignorado por los bandidos. Después, los sobrevivientes pensaron que era mejor seguir ocultándolo detrás del barro. Con el tiempo, la gente comenzó a pensar que el Buda de Oro era una leyenda o un invento de los viejos. Hasta que, finalmente, todos olvidaron el verdadero tesoro porque pensaron que algo tan hermoso no podía ser cierto.

Nuestros tesoros son nuestra capacidad de dar, disfrutar, agradecer, reír; de perdonar, de soñar en grande, de pasar por encima de las pequeñeces y de valorar en uno mismo y en otros lo que verdaderamente es importante.
Arriésgate a ver tu vida a través del barro y te darás cuenta de que eres un tesoro rodeado de riquezas.

2 comentarios:

traker00 dijo...

Es curioso pero hace tiempo ley una historia hindú de los tiempos de los dioses,la copie y la guarde porque me gustó y a veces la vuelvo a leer cuando olvido donde deje mi alma ;-)
Esta es:
Cuenta una vieja leyenda hindú que en los albores de la humanidad todos los hombres que habitaban la tierra eran dioses.La vida para esos dioses humanos que se divertían sin fin,era maravillosa.Pero llegó un momento en que abusaron de su recien estrenada divinidad.Haciendo mal uso de su poder,comenzaron a realizar el mal;ante esta situacion,el dios supremo Brahma se vio obligado a actuar. Decidió que era necesario hacer del inmortal y divino hombre un ser mortal con cualidades limitadas. Así pues,el don que se le había dado sería escondido en algún lugar donde jamás pudiera ser encontrado.

Brahma se reunió con todos los dioses menores con el fin de buscar el mejor de los escondites para la inmortalidad y divinidad del hombre. Pero el gran problema se manifestó al darse cuenta de que era imposible dar con ese recóndito e inaccesible lugar.

Cuándo alguien dijo “Esconderemos la divinidad del hombre en lo más profundo de la tierra” se dieron cuenta de que sería absurdo,el hombre sabía cavar perfectamente así pues llegaría un momento en el que daría con ella.

Propusieron entonces sumergirla en lo más profundo de los océanos, pero Brahma no lo vio nada claro “ tarde o temprano el hombre aprenderá a sumergirse en el océano y también allí lo encontrará”.
La última de las propuestas de los dioses hablaba de la montaña más alta de la tierra. Pero al parecer Brahma tenía muy claro que el hombre conseguiría subir a todas y cada una de las montañas, por tanto también lo terminaría encontrando.

Los dioses estaban agotados,no sabían que hacer. Empezaban a pensar que no había lugar en la tierra en el que pudieran esconder la divinidad del hombre.Pero justo en el momento en el que iban a tirar la toalla Brahma lo vio claro “Escondedla dentro del hombre mismo; jamás pensará en buscarla allí”.

Así pues ocultaron en el interior de cada ser humano su parte más divina, algo que jamás encontraría a pesar de cavar hasta lo más profundo, recorrer el fondo marino o subir a la montaña más alta de la tierra. Algo que siempre llevaría consigo mismo sin notarlo ni verlo.

Espero les halla gustado ^^


Saludos.

Iban Mardaras dijo...

Me ha gustado mucho traker, gracias! es curioso cómo esta historia está en consonancia con otras muchas cosas que sospechamos saber.
No hay duda de que somos parte del todo, por ende, somos todo, somos dioses. También podemos considerar a esos dioses como esos seres venidos de los cielos que reinaron e instauraron su dominio en muchisimas leyendes y mitos ancestrales de todo el planeta... Por otro lado no son pocos los que dicen recordar encarnaciones en la atlántida dónde el humano era consciente de su poder hasta el punto de que abusaron de él acabando en una gran guerra que acaabría con su civilización... Estoy convencido de que detrás de cada mito, leyenda o saber ancestral, se esconden muchas mñlas verdades y muchos menos meros cuentos de lo que nos han contado... Esta historia da mucho que pensar. saludos